Gestión de riesgos en compliance: protegiendo la reputación y el rendimiento empresarial.
Recientemente, los términos gestión de riesgos y cumplimiento normativo se han fusionado de manera prácticamente oficial, estableciéndose como conceptos comunes en la terminología utilizada por los gestores. Esta combinación parece ser una tendencia que se mantendrá a lo largo del tiempo en el ámbito corporativo.
De hecho, cumplir con las obligaciones normativas se ha convertido en una condición fundamental para la supervivencia en el mercado. La razón es sencilla: si una empresa no responde de manera oportuna, su competencia lo hará.
Por lo tanto, el acatamiento de las normativas puede considerarse un factor que influye directamente en la reputación de una marca y, en consecuencia, se convierte en una ventaja competitiva. Este panorama favorable surge de la correcta adaptación a las leyes, el cumplimiento ético y la práctica de la responsabilidad social.
Por lo cual, cuando una empresa no cumple con las normativas, puede enfrentar graves repercusiones, como advertencias, multas o restricciones en sus actividades comerciales.
En resumen, el incumplimiento normativo suele afectar a las empresas en diversos grados. De esta manera resulta esencial implementar medidas que mitiguen las interferencias en el cumplimiento. En este momento es cuando entra en juego la gestión de riesgos en compliance.
Si deseas obtener más detalles sobre este tema, te invitamos a continuar leyendo para profundizar en la materia.
Pero, ¿qué entendemos por gestión de riesgo en compliance?
Todas las empresas están expuestas al riesgo de enfrentar sanciones debido al incumplimiento de normativas. Esta situación puede acarrear diversas formas de penalización, como ya mencionamos anteriormente.
Es importante destacar que muchos factores de riesgo surgen debido a la falta de conocimiento de ciertas reglas, fallas o errores en los procedimientos, e incluso a la imprudencia al estructurar, cumplir y aplicar estrategias en el mercado.
Desde esta perspectiva, es necesario abordar los riesgos en compliance, los cuales consisten en la exposición de la empresa a sanciones y pérdidas tanto financieras como en términos de reputación y posicionamiento. Esto ocurre cuando la empresa no cumple con sus obligaciones legales, tributarias y su política interna.
Además, el desafío radica en establecer directivas y políticas que aseguren la continuidad de la empresa, facilitando y optimizando la unificación y transparencia de los procedimientos.
En términos generales, la gestión de riesgos en compliance se define como el proceso que engloba la identificación, clasificación y tratamiento de las amenazas antes de que afecten negativamente el cumplimiento y, por ende, perjudiquen a la empresa.
¿Cuáles son los principales tipos de riesgos?
Es fundamental que los gestores reconozcan y comprendan los riesgos asociados al cumplimiento normativo, ya que esto les permite evitarlos o, en caso de que se presenten, hacer frente a los problemas que puedan surgir como resultado.
A continuación, te presentamos una breve descripción de los principales riesgos a considerar:
1. Corrupción: Este fenómeno puede estar presente en diversos ámbitos sociales, incluyendo el mundo empresarial. Afortunadamente, existen leyes y dispositivos legales que buscan reprimir conductas corruptas en el entorno corporativo como operaciones fraudulentas, sobornos y obtención de ventajas indebidas. Por lo tanto, es imprescindible desarrollar un plan de acción eficiente para mitigar y enfrentar estas circunstancias.
2. Seguridad en el trabajo: La prevención de accidentes laborales es fundamental para reducir las pérdidas financieras derivadas de litigios y evitar a su vez una imagen negativa como empleador. Los gestores deben cumplir con las normas de seguridad laboral y controlar aquellos aspectos que puedan poner en riesgo la integridad de los empleados, como fallas en las máquinas o problemas en la instalación eléctrica.
3. Calidad de los productos y servicios: Los consumidores son cada vez más exigentes en cuanto a la calidad de los productos y servicios que se ofrecen en el mercado. Las empresas deben tomar medidas para evitar situaciones que puedan afectar su marca, implementando un riguroso control de calidad y brindando un excelente servicio al cliente.
4. Normativas laborales: El incumplimiento de las leyes laborales puede tener consecuencias negativas para la continuidad y la reputación financiera de una empresa. Es esencial cumplir con la normativa vigente y respetar los derechos de los trabajadores, ya que esto ayuda a evitar problemas y sanciones legales, al tiempo que aumenta la motivación y la satisfacción del equipo.
Para abordar adecuadamente estos riesgos, es necesario que los gestores tengan en cuenta el nivel de riesgo que la empresa está dispuesta a asumir en determinadas situaciones. Esto orientará la política de la empresa, así como los controles y los procedimientos de gestión de riesgos. Además, es importante establecer programas de capacitación para los empleados y adoptar una postura dinámica y ajustada a los cambios requeridos. Por otro lado, es recomendable incorporar soluciones tecnológicas que ayuden a fomentar el cumplimiento normativo y simplificar los procesos relacionados.
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